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Historia




O hermossisima Virgen María gloria del Carmelo, Madre delos hombres y Reyna delos Angeles abuestros Santissimos pies sepostra humilde esta congregacion de capellanes yesclavos Vuestros. Y para quesea agradable a Vros hojos viene marcada Conbuestro Sagrado escapulario Y en Noblecida coneltitulo glorioso de Vuestra Santíssima Corona Admitidnos de bajo de Vro. Amparo. Sed Señora nuestra Abogada y especialissima Patrona. Y que nuestro fin principal es mover a todos los fieles para que os sirvan y veneren. oid nuestras suplicas y faboreced nuestros yntentos. Quesi se logran esperamos osabeis deber. Sino como mereceis a lomenos según nuestra posibilidad decentemente venerada. Vena sois de la misericordia de Dios. Arbitro desusfabores y conduto pordonde andellegar a los hombres Sus beneficios, defendednos de nuestros enemigos y amparadnos en laora de nuestra muerte para que todos os gocemos en la gloria en compañia de Vuestro Amantisimo hijo que con el padre Eterno Vive y Reyna en unidad de el Espiritu Santo Dios portodos los siglos de los siglos Amen.[1]


[1] Extracto de los estatutos de 1631 de la Congregación del Santo Escapulario y Corona de Nuestra Señora del Carmen, origen de nuestra Hermandad. Archivo del Arzobispado de Toledo.

HISTORIA Y DEVOCIÓN EN LA HERMANDAD DEL CARMEN

En la calle del Carmen Calzado, a escasos metros de la calle Mayor alcalaína, se estaba levantando a comienzos del s. XVII un colegio-convento de la Orden del Carmen Calzado. Este colegio universitario fue fundado bajo el patrocinio de Nuestra Señora del Carmen, patrona de los carmelitas, foco devocional de la Orden y desde aquella época, de nuestra Hermandad.

En torno a 1640 se completaban unas obras de reforma del edificio, que se dieron por finalizadas con la construcción por iniciativa de D. Bernardino Hurtado, de una nueva Capilla Mayor en la iglesia conventual. Esta nueva capilla principal fue dedicada a la Virgen el Carmen, en la que se rendiría culto desde aquella fecha a una imagen de Nuestra Señora donada por Dª. Isabel Gutiérrez, suegra del Sr. Hurtado, y vecina de Alcalá. Esta imagen mariana recibió las oraciones del pueblo de Alcalá hasta la exclaustración de 1836 promovida por Mendizábal.

Tan solo diez años antes de la conclusión de estas obras del convento de la calle Carmen Calzado, actual facultad de Arquitectura de la Universidad de Alcalá, en 1630, se presentan ante el Arzobispo de Toledo las ordenanzas, junto con un registro de cofrades, de la “Congregación del Escapulario y Corona de Nuestra Señora del Carmen”. El Cardenal Infante D. Fernando de Austria, Arzobispo de Toledo, aprobó con su rúbrica estas ordenanzas, y por ende la erección de la Hermandad, un año más tarde. Tal y como se recoge en los archivos del Arzobispado toledano, esta Congregación estaba establecida en el ya mencionado anteriormente “Muy Religioso Convento de Carmelitas Calzados de la Universidad de la Villa de Alcalá de Henares”.

Tenemos aquí la primera constancia documental no de la devoción a la Virgen del Carmen, que ya hemos indicado que se remonta a tiempos pretéritos, sino de la existencia de la Congregación que en su evolución histórica ha venido en ser conocida como la Hermandad sacramental del Carmen.

Destacaremos ahora un dato relevante en la historia de nuestra Hermandad ocurrido en 1670, cuando se fusionan la Congregación de Nuestra Señora del Carmen con la Esclavitud de Jesús Sacramentado y de María Santísima su Madre y San Antonio de Padua. El objeto de esta unión era, y así se reflejó en las nuevas reglas aprobadas por el Arzobispado de Toledo en 1670, “que se saque de tan santas devociones el fruto que más aproveche a las almas”.

Esta frase tendrá relevancia posterior en este dossier cuando presentemos nuestra motivación para solicitar la gracia de la Coronación Canónica de la Santísima Virgen en su advocación del Carmen.

En el año 1770, el Conde de Aranda promueve un recuento general de Cofradías en España. En dicho recuento aparece nuestra Hermandad declarando realizar una función anual con unos gastos de 840 reales.

Los procesos liberales de desamortización dieron comienzo en 1798 con la “desamortización de Godoy”, y se repitieron en 1836 con la llamada “desamortización de Mendizábal”. Estos decretos establecían la enajenación de los bienes, muebles e inmuebles, de gran número de Conventos, Colegios Mayores, hospicios, hospitales de beneficencia, y demás instituciones que el Estado consideró bienes improductivos que debían volver a manos del mismo para su posterior venta a personas privadas, lo que alimentaría las maltrechas arcas públicas.

Si a este periodo crítico para la Iglesia, hemos de sumar los daños sufridos por la invasión francesa (1807) y posterior guerra de independencia (1808-1814), entenderemos fácilmente el alto número de Hermandades cuya actividad decreció enormemente o incluso se detuvo.

Esto sucedió también con nuestra Hermandad de Nuestra Señora del Carmen, que si bien nunca llegó a disolverse, si se vio obligada por las circunstancias históricas a reducir notablemente -casi anular- sus cultos públicos en honor de la Santísima Virgen.

La historia de la Hermandad vuelve a aparecer en distintos medios y documentos a principios del s. XX. En el año 1902, el Gobernador Civil de Madrid requiere un informe que redacta y firma el prioste de la Hermandad, el Sr. D. Tomás Prieto. En dicho informe remitido a la Autoridad civil se detalla que la Hermandad contaba entonces con “34 hermanos y que sus cultos consistían en una Novena rezada y una Eucaristía Solemne en honor a la Virgen bajo la advocación del Carmelo”. Esto viene a coincidir con la información proporcionada por el archivo del Monasterio Carmelita de Santa María del Corpus Christi en el que quedó reflejada la situación de la Hermandad a principios del siglo pasado, así como ejemplos de la gran devoción que se tenía a “Nuestra Madre”, término usado por las religiosas y cofrades para referirse en ese documento a la Santísima Virgen del Carmen, en evidente referencia al cariño que se le profesaba a la Madre de Dios.

Siendo estos documentos veraces, es fácil determinar que fue a finales del s. XVIII cuando la Hermandad se pone en pié después de los duros avatares de principios de ese siglo. Una ardua tarea de reorganización que se refleja en el documento original que se conserva en el Monasterio y que habla del ímpetu de dos Hermanas de la Comunidad que con empeño y en colaboración con la Hermandad, devolvieron el esplendor a los cultos que si bien no habían llegado a desaparecer, si habían decaído en grandiosidad.

Es curioso el hecho, sobre el que nos encontramos investigando en la actualidad, de que la Hermandad pasase de un Convento de Carmelitas Calzados en 1836, a uno de Carmelitas Descalzas en las postrimerías del s. XIX.

Sea como fuere, la Hermandad afronta el moderno s. XX en plena reorganización, con unos cultos a la Santísima Virgen que incluyen una Novena, Santa Misa Solemne en la festividad de la Titular y procesión. Sin embargo, una vez más, los avatares de la historia parecen no querer que las cosas resultasen fáciles para los cofrades del Carmen, que ven como en 1936 se desata la Guerra Civil española que vuelve a frenar el impulso dado años antes. Se pierde toda la documentación de la Hermandad y lo que es más triste para la corporación y la Comunidad Carmelita del Corpus Christi: la talla de Nuestra Señora del Carmen, que fuera donada por aquella alcalaína en la primera mitad del s. XVII, y ante la que los siglos se habían rendido con muestras de cariño, respeto, amor y devoción.

El final de la contienda española supone para la Hermandad una nueva etapa de su historia y en el libro de actas de la Hermandad se refleja que “por haber perdido el cuaderno que contenía los nombres de los cofrades anteriores a la revolución, se da comienzo a este en 1939”. El mes de julio de 1939 es el momento en el que se restituye la Novena y la procesión de la Virgen Santísima del Carmelo.

Un año más tarde, el 16 de julio de 1940, se bendice la nueva imagen de la Virgen, que es la que actualmente recibe el culto de la Hermandad y de la Comunidad, entronizada en el retablo de la epístola de la iglesia conventual de la plaza de los Doctrinos.

Desde entonces, y hace ya 74 años, el culto a la Virgen se ha mantenido ininterrumpido, como se mantuvo en la mayoría de años de épocas anteriores. El esplendor de la Novena superaba con creces los medios de la humilde Hermandad, y la asistencia masiva de fieles era la constante cada mes de julio, cuando llegaba la festividad de nuestra Patrona. La Virgen procesionaba cada año, llegando hasta la calle Carmen Calzado, en sentido homenaje al lugar donde nuestros predecesores establecieron los cimientos de esta Hermandad que hemos heredado y que con cariño y orgullo queremos ver crecer.

En la década de los años sesenta del s. XX, cuando la procesión discurría por los aledaños del Ayuntamiento y de la plaza de Cervantes, se oían insultos y abucheos a la imagen de nuestra amada Virgen maría. No es de extrañar que considerando la Hermandad lo indigno de esos ataques, decidieran prescindir de la procesión, limitando los cultos de la Hermandad a la Novena, que a pesar de esas muestras de irreverencia y falta de respeto de unos pocos, como suele ocurrir más ruidosos que la mayoría, seguía siendo una muestra grandiosa de devoción de una Comunidad, una Hermandad y un pueblo hacia la Virgen del Carmen.

Algunos alcalaínos no han conocido mucho de lo aquí narrado. Otros han olvidado parte de ello. Por eso no es de extrañar que como consecuencia de la suspensión de la salida procesional anual, haya quien piense que la Hermandad dejó de existir. Pero si bien es cierto que el culto público en la calle es uno de los objetivos prioritarios de toda Hermandad, debemos comprender que no es el único. Quienes no vivieron la época previa a la década de 1960 podrían llegar a pensar que la Hermandad del Carmen no existía. Bien saben los que con su esfuerzo mantuvieron viva la corporación, junto con aquellos que cada mes de julio acudían al Monasterio “de afuera”, que la Hermandad siempre continuó su labor con empeño y tesón, debiendo -y sabiendo- adaptarse a las necesidades de cada momento vivido.

Por supuesto que fueron momentos muy difíciles, pero el tesón de Hermanos como el Sr. D. Francisco Fernández Brea estaba por encima de las dificultades que pudieran presentarse ante él. Se sabían herederos de una historia de siglos, escrita con el esfuerzo de muchos hermanos devotos, predecesores suyos, y por ello, y para mayor Gloria de Nuestro Señor, al que todos aspiramos a llegar de manos de su Santísima Madre la Virgen María, hicieron lo imposible por que la Hermandad se mantuviera viva.

A principios del s. XXI sobre este Hermano recaían los cargos de Presidente, Secretario y Tesorero, lo que denota las nuevas horas bajas que atravesaba la Hermandad. Pero su compromiso no tenía límite y su constancia permitió que la Hermandad se mantuviera organizada en la medida de sus posibilidades a la espera de tiempo mejores. Él, los fieles devotos y la Comunidad Carmelita del Corpus Christi seguían reuniéndose en torno a la Patrona cada verano, para ofrecer una Solemne Novena en su honor.

En el año 2002 dos jóvenes se ponen en contacto con las RR.MM. Carmelitas mostrando interés por la Hermandad, por pertenecer a ella y por la situación de aletargamiento que su desconocimiento les hacía intuir. La llegada de estos jóvenes fue un aliento para la Comunidad del Corpus Christi que veían la posibilidad de retomar la vida y dinamismo que la Hermandad mostraba en épocas pasadas. Sabiendo ellas del deseo del Sr. Fernández Brea por ceder sus cargos a nuevas generaciones, pusieron en contacto a las partes, que se reunieron el 10 de octubre de 2002 con el firme propósito de reorganizar la Hermandad en cuanto a documentación y funcionamiento se refería, que no en cultos, que se habían mantenido constantes en el tiempo desde su recuperación a finales del s. XIX.

Se estableció en aquella reunión, con el visto bueno del Sr. D. Francisco Fernández Brea, la nueva Junta de Gobierno formada por los señores D. Manuel Cobeña de las Heras (Presidente), D. Luis Vicente Martín Álvarez (Vicepresidente) y D. Paolo Caretti Fernández (Secretario).

Al no disponer de copia alguna de las reglas de la Hermandad, ni entre la escasa documentación interna, ni en los archivos diocesanos, se comienzan a redactar unas nuevas en la que se incluiría un aspecto que es digno de ser mencionado.

Varios párrafos más arriba se hacía mención a la concordia entre la Santa Congregación del Escapulario y Corona de Nuestra Señora del Carmen, con la de los Esclavos de Jesús Sacramentado, de María Santísima su Madre y San Antonio de Padua. La información de esta fusión entre Hermandades en 1670 no fue conocida por la actual Hermandad del Carmen hasta el año 2011, cuando nos pusimos en contacto con el archivo del Arzobispado de Toledo. No cabe otra explicación que la Divina Providencia para entender el empeño casi personal del Sr. Caretti Fernández para que en las nuevas reglas apareciera el carácter sacramental como identificativo de esta Hermandad, cuya reorganización se estaba produciendo. Es imaginable la sorpresa posterior, cuando al recibir la información desde Toledo en 2011, se advierte que sin saberlo se había incluido allá por 2003, en el nuevo título de la Hermandad, al Santísimo Sacramento como ya hicieran nuestros predecesores en 1670.

El trabajo de los reorganizadores por reunir datos de contacto de los hermanos, por informales de la nueva etapa que se abría, por preparar la salida procesional de nuevo, fue laborioso. Pero pocas veces tanto esfuerzo revierte tantas satisfacciones como cuando el mismo se hace para mayor gloria de Nuestro Señor y de su Santa Madre Inmaculada.

Así, en 2003 la Santísima Virgen del Carmen volvía a procesionar en julio por las calles de Alcalá, rodeada de su Hermandad y los muchos fieles que se congregaron cada día de la Novena celebrada en su honor, tal y como habían venido haciendo de manera incesante desde tiempos que se pierden en la memoria de los mortales. La salida procesional de la Virgen no solo recuperó su paso por el antiguo colegio-convento del Carmen Calzado que vio nacer la Hermandad, sino que se prolongó hasta la calle Imagen, estableciendo una visita al primer Monasterio de la Orden fundado en Alcalá. Este encuentro de ambos monasterios representado con el paso de la Santísima Virgen por la calle Imagen congrega cada año a numerosísimos fieles que acuden a rezar en comunidad junto con las RR.MM. Carmelitas de la Purísima Concepción y con las Siervas de María que reciben con pétalos de amor a la Santa Madre de Dios.

En el año 2006 tuvieron lugar las primeras elecciones de nuestra Hermandad desde los años setenta del siglo anterior. La nueva Junta de Gobierno remarcó su empeño de contribuir no al sostenimiento de la Hermandad, sino de favorecer su crecimiento.

Así en el año 2007 y haciendo patente el carácter sacramental recuperado, se celebra por vez primera un Solemne Triduo en honor a Su Divina Majestad que fue celebrado por el Rvdo. P. D. Javier Jouve. Así viene sucediendo desde entonces y los tres días inmediatos anteriores a la festividad del Corpus Christi, la Hermandad celebra estos cultos de reglas en honor a la presencia real de Cristo en la Eucaristía, al que adoramos con solemnidad y recogimiento y emoción, pues somos conscientes de que Cristo es el puerto de nuestra travesía, y María el faro que nos guía hasta Él. La Hermandad adorna la recóndita plazuela de los Doctrinos para que el último día del triduo, el Santísimo Sacramento la recorra en solemne procesión bajo palio ante las muchas muestras de piedad de los presentes que entonan cantos eucarísticos y se postran ante Jesús Sacramentado.

En 2008 la Hermandad decide seguir incrementando los cultos en honor a la Santísima Virgen María y siendo la festividad de la Expectación una de las más señaladas del calendario, se solicita permiso al Arzobispado de Toledo para la celebración de esta festividad con Santa Misa según el rito hispano. La acogida de Alcalá a esta Eucaristía ha sido entusiasta y cada año son más los complutenses que acuden a celebrar la festividad de la Esperanza con la Comunidad Carmelita y la Hermandad, a los pies de la Virgen del Carmen. Fue para nosotros una satisfacción que nuestro Obispo, S.E.R. D. Juan Antonio Reig Pla, celebrase esta Eucaristía en 2009.

Ese mismo año, en enero la Hermandad se reunió en torno a la imagen del Niño Jesús, que suele descansar en los brazos de la imagen de Su Madre Bendita. Allí, con el Salvador recién nacido tan cerca, celebramos el Dulce Nombre de Jesús con una Eucaristía y el canto posterior de villancicos que denotan nuestra alegría por la venida del Mesías.

En junio de 2009 la Hermandad comienza a organizar un pregón destinado a exaltar la virtudes de la Santa Madre de Dios, ejemplo de perfección, primera discípula de Cristo, y a la que aspiramos a imitar. Cada año ocupa el atril un personaje relacionado con la Hermandad o la Orden (lo estrenó D. Enrique Guevara Pérez, cofrade y Secretario del Consejo de Hermandades y Cofradías del Arzobispado de Madrid), y desde él el orador emociona a los presentes con reflexiones y bellas glosas en honor de la Virgen, a la que se rinde culto también con un solemne besamanos. Ha supuesto desde su instauración una perfecta preparación para la Novena que para entonces ya está próxima en el calendario.

En 2012 supimos de la hermosa tradición del Colegio Alborada, de Alcalá de Henares, de imponer el Santo Escapulario a los niños y niñas que allí estudian. Se estableció cierto vínculo con aquella comunidad educativa, que solicitó la presencia de nuestra imagen Titular en ese emotivo acto de imposición. Así, con el permiso de las RR.MM., la imagen de la Virgen fue trasladada al colegio una mañana de mayo, donde la esperaban los alumnos con grandísimas muestras de amor representadas de la manera en que solamente la inocencia e incondicionalidad de los niños puede ofrecer. Fue tan emotivo ese acto, que desde entonces se viene repitiendo cada mes de mayo, en el que durante un día entero la Santísima Virgen acompaña a los profesores, padres y sobre todo alumnos del colegio.

Pocos meses después recibíamos desde la casa genera licia de la orden de los Carmelitas Descalzos en Roma la buena nueva de que nuestra Hermandad era admitida dentro de la Comunidad Carmelita, con carta firmada por el Prepósito General de la Orden, Padre Saverio Cannistrà. Este hecho se ve desde entonces reflejado en el título de nuestra Hermandad, que reza ya como “Hermandad carmelita”, siendo un orgullo para nosotros formar parte de la familia del Monte Carmelo.

La Hermandad necesitaba seguir creciendo, ampliando sus actividades, logrando un mayor compromiso de sus hermanos y sobre todo, incrementando la convivencia entre ellos para lograr un verdadero sentido de Hermandad. Pero debíamos hacerlo sin ser una carga para la Comunidad de Carmelitas que, obviamente, tiene que mantener sus cometidos y preceptos sin ver alterado sus horarios por las actividades de nuestra corporación -si bien hemos de decir que siempre hemos encontrado su apoyo y comprensión, algo que nunca podrá esta Hermandad agradecer lo suficiente-. De nuevo la Providencia Divina pone en nuestro camino el desvío adecuado, y atendiendo a las oraciones que en ese sentido habíamos elevado, una familia cede desinteresadamente una casa en estado de cuasi abandono a la Hermandad. Las duras tareas de limpieza dieron dos frutos: la unión, mayor aún de la ya existente, de los Hermanos que se implicaron con tesón, y la posibilidad de contar con una sede en la que reunirnos y vivir la fe en torno a nuestras devociones. Así, el 4 de abril de 2013, aniversario del bautismo de Santa Teresa de Jesús, el Rvdo. P. D. Juan José Baena Villamayor bendijo la casa de hermandad. Desde entonces numerosos actos se han celebrado en ella: rifas y rastrillos beneéficos, recuperación de la tradicional verbena del Carmen que se celebraba en la calle Carmen Calzado y que los más mayores de la Hermandad aún recuerdan con claridad, convivencias y charlas formativas, catequesis para nuevos miembros y para los más veteranos,… Pero si uno de los actos merece especial atención, es la oración que cada viernes tiene lugar en la capilla que se preparó en una habitación del primer piso y que preside la imagen de la Santísima Virgen del Carmen, en una talla regalada por la RR.MM. Carmelitas del Corpus Christi en el que ha sido el más hermoso obsequio que ha recibido la Hermandad. Ella es el centro de nuestra vida fraterna porque sabemos que Ella es el camino más directo hacia Dios.

En el año 2012 el Obispado instó a las Hermandades de Alcalá a celebrar un besamanos extraordinario con sus imágenes marianas con el objeto de recaudar alimentos para CÁRITAS DIOCESANA. Así, cada persona que acudiera al culto, depositaría una cantidad de alimentos nos perecederos a los pies de la imagen de su devoción. La Hermandad del Carmen comprendió la importancia de esta convocatoria y después de la buena acogida de esa primera ocasión, ha seguido celebrando este besamanos en el que la Virgen se presenta ante su pueblo ataviada de la manera más humilde, vistiendo en sencillo hábito carmelita. Las escenas de recogimiento, piedad y también de caridad se suceden durante el fin de semana en que la imagen de la Virgen baja de su retablo para acercarse a sus hijos.

En 2013 recibimos la aprobación de nuestras reglas, que habían sido presentadas en 2003 y habían recibido el visto bueno provisional del Obispado complutense. Estas nuevas reglas, aprobadas en Cabildo General de Hermanos, incluían ciertos cambios sustanciales en el título de la Hermandad, que desde ese momento pasa a denominarse “Muy Antigua e Ilustre Hermandad Carmelita del Santísimo Sacramento, Pura y Limpia Concepción de la Santísima Virgen María, Ánimas Benditas del Purgatorio y cofradía de Nuestra Señora del Carmen”. Este nuevo título aglutina la historia aquí narrada, y recoge también nuestras aspiraciones. El carácter sacramental vino a recordárnoslo la Divina providencia, como hemos contado. La Pura y Limpia debía ser también titular de nuestra Hermandad en honor a la defensa firme de nuestro pueblo alcalaíno a este misterio que luego, para mayor alegría de toda la Iglesia llegó a ser Dogma. Y sentíamos la necesidad de ofrecer una Santa Misa por las ánimas benditas, sobre todo teniendo en cuenta el compromiso firme establecido por la Virgen con su promesa sabatina a quien vista el escapulario carmelita.

En ese afán por dar cumplimiento al culto a nuestros titulares, el pasado mes de diciembre de 2013 el Rvdo. P. D. juan Jesús Barco celebró una Eucaristía en la festividad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, hecho que se repetirá, D.m., este año 2014 y los sucesivos, pues sabemos que no debemos escatimar esfuerzos en proclamar públicamente tan maravilloso misterio concepcionista, y esta Santa Misa es la mejor manera que creemos tener a nuestro alcance para ello.

Y de manera extraordinaria la Hermandad también celebra ciertos cultos que se han considerado de importancia, como lo fue la Santa Misa en acción de gracias por la Canonización de Su Santidad Juan Pablo II. Eucaristía que fue celebrada el pasado mes de mayo en el Monasterio Carmelita que es nuestra sede y sentimos como nuestra casa, por el Rvdo. P. Baena Villamayor, con la participación del Coro “Pueblos de España” que aportaron una enorme solemnidad al acto, en el que estaba presente una sede utilizada por el nuevo Santo en uno de sus viajes a España.

En junio de 2014 tuvimos el grandísimo honor de ser designados para portar a Jesús Sacramentado en la procesión del Corpus Christi organizada por el Obispado. Ver la Santa Forma sobre el paso que con tanto esmero la Hermandad construyó para la Santísima Virgen era un anhelo que se hizo realidad. Ya había participado la Hermandad con la instalación de un vistoso altar sacramental en la plaza de cervantes el año 2013, pero la suerte de haber podido participar de manera tan activa en la procesión de este año será inolvidable para esta humilde Hermandad.

Con el traslado de la comunidad carmelita de Santa María del Corpus Christi al Monasterio de la Purísima Concepción, y el cierre al culto del templo de la coqueta plaza de los Doctrinos, la Hermandad se vio en la necesidad de trasladar su sede canónica en el año en 2017. Momentos tristes entonces, que sin embargo fueron consolados por la calurosa acogida de los feligreses de la Parroquia de Santiago Apóstol y su Párroco D. José. La Virgen ocupó un pequeño altar construido por la Hermandad para ello, a la entrada del templo. Allí no ha dejado de recibir la visita y ofrenda de sus tantísimos devotos.

La integración en la vida parroquial es lenta y firme, y la Hermandad ha encontrado un nuevo hogar en este templo de la Ciudad, histórica Parroquia complutense de rica vida cristiana actualmente.

En diciembre de 2017 se hizo público en nuestra Parroquia el decreto de Coronación Canónica firmado por nuestro Obispo, D. Juan Antonio Reig Plá escasos meses antes. La alegría que ha llegado a la Hermandad con la concesión de esta gracia es un acicate para continuar la labor y redoblar esfuerzos para que la devoción a la Santísima Virgen del Carmen y al Santo Escapulario crezcan sin parar en nuestra ciudad. La fecha histórica será, D.m., el 3 de octubre de 2020.

Y con esa marca en el calendario, esta Hermandad sigue caminando en busca de Cristo de la mano de maría, Madre de Dios y nuestra, a la que queremos imitar y venerar. Afanados en los preparativos de los actos previos y propios de la Coronación, la Hermandad crea una Comisión Organizadora que en breve presentará una propuesta de programa e invitará a todos a unirse en el hermoso trabajo de hacer realidad un sueño.

Muchos estuvieron en la Hermandad antes que nosotros; otros tantos han tenido cargos de responsabilidad en su dilatada historia. Se han atravesado momentos de mucha dificultad, pero ninguno de los que vivieron esos avatares permitieron que la Hermandad desapareciera, como no lo habían permitido otros antes, y como ahora tenemos empeño nosotros de que no suceda en el futuro. Contamos con la ayuda de la Santísima Virgen, que es la mayor y mejor de las que podemos disponer, que intercede ante su Hijo constantemente por nosotros, y nos va guiando de manera clara e inequívoca por el camino que debemos seguir.

Calendario de actos de la Coronación

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